Observemos osos, pero hagámoslo bien
por José Luis García Lorenzo
La observación de fauna en libertad es una actividad que ha ido aumentando en los últimos años. En otros países existe una oferta consolidada que se ha convertido en un recurso económico más de las áreas rurales. En nuestro país, la existencia de una rica y variada biodiversidad ha propiciado que seamos un destino prioritario para los amantes de la naturaleza. De este modo, la observación de osos, lobos, linces o quebrantahuesos, por nombrar algunas de las especies más emblemáticas de nuestra fauna, atrae a un cada vez mayor número de personas en busca de una experiencia única y con una fuerte carga emocional.
En la cordillera Cantábrica es posible, en determinadas épocas del año, observar osos desde diferentes puntos. Es una actividad en auge, que está siendo promovida por empresas de turismo de naturaleza, tanto nacionales o locales como extranjeras. Ya en el año 2006 desde la Fundación Oso Pardo (FOP) mencionamos la posibilidad de facilitar el disfrute de la observación de osos en algunos de los espacios naturales protegidos más consolidados, como Somiedo.